MILAGROS EN POLÍTICA

El pasado martes, el presidente del Principado se dirigió a una muy notable representación de directivos asturianos con un discurso en el que señaló el error de una «visión milagrera» de los políticos que exige soluciones a quien carece de poder para ofrecerlas. Ejemplos y razones no le faltan para advertir de sus riesgos. Los milagros en política suelen quedarse en la demagogia de quien plantea imposibles a sabiendas o terminar en la tampoco infrecuente tendencia de algunos líderes a verse omnipotentes en el espejo de la adulación. El endiosamiento acostumbra a sentirse al menos un par de escalones por encima de la ley y últimamente los juzgados españoles no dan abasto para imputar deidades a quienes hace no tanto tiempo se atribuían prodigios. En cualquier caso, conviene no pedir a un político más allá de su capacidad para evitarle el dilema de decepcionarnos con la verdad o mentir para contentar solo a los incautos o los incondicionales. Mejor que simplemente asuma la responsabilidad que las urnas han puesto en sus manos, lo que debería permitirnos confiar en que los partidos nos ahorrasen los inquietantes disimulos de los últimos días para no perder el tiempo que España no tiene. Al fin y al cabo, Mariano Rajoy asegura estar dispuesto a formar gobierno, pero intenta trasladar la presión de un posible fracaso al PSOE mientras allana el camino con los nacionalistas. Pedro Sánchez se da por satisfecho con liderar la oposición, así que prefiere que sea el candidato del PP quien se esfuerce por lograr la mayoría suficiente para seguir en La Moncloa y le evite los riesgos de inclinar la balanza. El secretario general del PSOE busca en un estrecho callejón la salida que le aleje de unas elecciones de las que nadie en su partido cree que saldría bien parado al tiempo que trata de impedir que Podemos se apropie del papel de referente en la izquierda. Mientras deshoja la margarita, sus barones e históricos dirigentes socialistas se esfuerzan por encaminar los pasos de su líder hacia una decisión que creen ineludible. Quizás a socialistas y populares, a nacionalistas y partidos emergentes, cabría pedirles el sentido de Estado, o al menos el sentido común, de no añadir más dificultades a las muchas que ya padecen lo españoles.
Puestos a extender sus esfuerzos a Asturias, tal vez podríamos esperar una negociación presupuestaria más allá de las poses motivadas por los cálculos electorales, la necesidad de justificar el inmovilismo o las estrategias trazadas desde Madrid. El Ejecutivo asturiano ha lanzado una propuesta fiscal con la que intenta mantener a su lado a Izquierda Unida y sondear la posibilidad de negociar con los dos únicos partidos con escaños suficientes para aprobar unas nuevas cuentas regionales: Podemos y Partido Popular. De momento, es tanta la desconfianza de la oposición en que el Gobierno elabore un presupuesto según sus pretensiones como la del PSOE en encontrar a izquierda o derecha el apoyo necesario para evitar el ‘déjà vu’ de otra prórroga.
Queriendo reclamar aquello de lo que sean responsables quienes los asturianos hemos elegido para representarnos, incluso podemos sentirnos con derecho a reivindicar que aprueben los fondos suficientes para completar una variante de Pajares eternizada por la falta de presupuesto, a solicitar decisiones que disipen el sentimiento de agravio que sufre El Musel, a exigir la determinación necesaria para impulsar políticas que intenten hacer de la emigración una opción en lugar de una necesidad e incluso a pretender acuerdos en materia de empleo, sanidad o educación que al menos alivien la pesadilla cotidiana en la que se ha convertido la vida de miles de asturianos. Sin esperar más milagros que el intento de cumplir sus promesas electorales.

One Comment

  1. HALCON NEGRO

    Sr Gutierrez, al leer la ultima parte de su articulo, me parece que pide ud eso a lo que hace referencia…Milagros

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