Laboral Cineteca es la propuesta del Gobierno del Principado para revitalizar la Ciudad de la Cultura, impulsar la industria audiovisual asturiana y acercar la formación cinematográfica a los colegios. Objetivos plausibles, en los que el viceconsejero de Cultura, Vicente Domínguez, ha trabajado durante los últimos seis meses, según él mismo ha dicho, y cuya consecución se traducirá en un ciclo de cine para cada estación del año, la creación de una Film Commission que promoverá la realización de películas y cortometrajes de creadores asturianos y una programación infantil y juvenil acompañada de cursos, conferencias y talleres para escolares. José Luis Cienfuegos, exdirector del Festival Internacional de Cine de Gijón y ahora al frente del Festival de Cine Europeo de Sevilla, ha sido designado para seleccionar las primeras trece películas que se proyectarán en el paraninfo. El viceconsejero ha rescatado a quien se reconoce el mérito de haber convertido al FICX en referencia internacional del cine independiente. Junto a él desarrolló los cursos universitarios dentro del festival gijonés. De aquella etapa dan testimonio algunas de las publicaciones del ahora responsable de Cultura como ‘Pantallas depredadoras’. En manos de Cienfuegos queda atraer público a un espacio cultural que muchos aún perciben lejano y ajeno a sus intereses. La Laboral adolece del mismo problema que aquejaba al Centro Niemeyer: sus colosales dependencias pasan más tiempo vacías del que merecen. En Avilés, la solución ha sido desviar parte de las actividades que hubieran tenido su lugar natural en el Teatro Palacio Valdés o en la casa de cultura. La ambición con la que se construyó un edificio que aspiraba a transformar una ciudad tendrá que esperar tiempos mejores y presupuestos más holgados.
En Gijón, el equipo de gobierno ha recibido con indignación el proyecto de Cultura. Fundamentalmente, porque en seis años la Administración regional ha reducido un 60% su aportación al festival de cine, que atraviesa serias dificultades económicas. El concejal Jesús Martínez Salvador ha criticado que Laboral Cineteca se haya gestado «de espaldas» al Ayuntamiento de la ciudad en la que tiene su sede y a un certamen que sumará este año 54 ediciones. De hecho, los responsables municipales ni siquiera fueron convocados a la presentación. Tampoco recibieron invitación las empresas que tendrán en la nueva Film Commission «la ventanilla única» desde la que se pretende gestionar la mayor parte de las ayudas y recursos destinados a la industria regional del cine. Saben, por palabras del viceconsejero, que este nuevo organismo «no será incompatible» con el que bajo el mismo nombre agrupa a buena parte del sector audiovisual en Asturias, que los trabajos elegidos para contar con financiación pública serán seleccionados por un grupo de expertos y que supondrá la puerta de entrada a un circuito de proyecciones del que formarán parte casas de cultura de toda Asturias. El resto está por ver.
Un proyecto que el Gobierno asturiano debería haber concebido mucho antes nace enfrentado al principal festival de cine de la región y aún supone una incógnita para buena parte de los creadores a los que pretende apoyar. Nada que no se pueda subsanar para que cumpla la finalidad con la que fue presentado: «Dar respuesta a la demanda del sector y potenciar la educación cinematográfica». Para ello es necesario que las administraciones estén dispuestas a superar sus desencuentros, impregnados de personalismos. Lo contrario llevará, probablemente, a un decepcionante resultado: dos carteleras, una concentrada en diez días y otra espaciada a lo largo de todo el año. Seleccionadas, eso sí, con gustos distintos y abonadas a la infecunda polémica de qué siglas pueden arrogarse un mayor apego a la cultura, un debate que acostumbra a terminar en la prosaica tentación de contar espectadores y una desatinada competencia, zancadillas incluidas, por el público. Ni la idea con la que Asturias quiere potenciar su industria cinematográfica ni un festival con casi cinco décadas de historia se merecen un final así. Además, esa película ya la hemos visto y solo fue aplaudida por los incondicionales del género partidista, aunque alguno tenga interés en reponerla.