Héroes pacientes
Decíamos cáncer como un susurro, en el mismo tono en el que hablamos de las maldiciones, de lo que tememos porque no podemos asumir ni sabemos explicar. Ni siquiera nos atrevíamos a nombrarlo. Musitábamos sobre una larga enfermedad, como si no decir su nombre nos conjurase contra ella. Ahora dedicamos un día, el 4 de febrero, a recordar que tenemos con él una lucha inaplazable. Nos asusta menos porque sabemos más de él.