Coronavirus
Asumir la responsabilidad
La educación líquida que el filósofo Zygmunt Bauman reclamaba para adaptarse a una modernidad incierta y vertiginosa, un concepto que diversos gurús se apresuran a recuperar ahora como respuesta al pandemónium en el que un virus ha convertido el magisterio, está muy lejos de llegar a las aulas. El curso pasado, la enseñanza resistió el confinamiento y tres meses bajo el estado de alarma a la heroica
Trabajo, no frivolidad
Asturias avanza hacia la nueva normalidad. Expectante ante los efectos del paso franco, angustiada por los impactos de la crisis económica y con el anhelo de recuperar su vida, aunque sea con la mascarilla puesta.
Por respeto
Sin cerrar el capítulo del drama, nuestros políticos han abierto un circo en el Congreso. Las actas de las comisiones para la reconstrucción de un país maltrecho y angustiado han registrado más insultos que ideas. Acusaciones de golpes de Estado, descalificaciones personales, denuncias estentóreas, injurias a las familias, marquesados y ecos cuarteleros.
Profesores MacGyver
Angus MacGyver fue uno de los personajes de televisión más famosos de los años ochenta por su habilidad para fabricar cualquier artilugio con una navaja suiza y cualquier cosa que encontrara por su mochila, desde un clip a un mechero. Con poco más, los profesores españoles se fueron a casa un día y comenzaron el siguiente a dar clase.
La perspectiva de Madrid
Sucede con frecuencia que desde los despachos de Madrid se legisla para una España que empieza y termina en los diez kilómetros y medio de la calle de Alcalá. Desde esa perspectiva, solo caben dos alternativas: vivir en una ciudad de un millón de habitantes o en los páramos que se intuyen más allá del Guadarrama.
Confundir una pandemia con una campaña
La tragedia ha sido capaz de demostrar lo mucho por lo que debemos sentirnos orgullosos, pero no ha conseguido atemperar la vileza de algunos. Transcurrido un mes bajo el estado de alarma, el Gobierno ha tenido que publicar un decreto para obligar a las autonomías a contar los muertos con un mismo criterio.
Vacuna contra los tópicos
Ahora que todos los días un parte de muertes oscurece el amanecer, la humanidad es el último asidero que nos queda. Más que el desahogo de la rabia o el consuelo de las promesas, son las personas quienes nos sostienen. El gesto individual que nos ayuda a seguir adelante y el esfuerzo colectivo que impide el colapso. Al final de esta larga marcha contra la pandemia no solo será el momento de valorar las decisiones, también de reconocer a quienes han evitado que todo se vaya al traste.
Respeto al personal
Dijo la ministra de Defensa que el Ejército se encontró “en algunas residencias a ancianos muertos en sus camas”. Después de esto no comentó mucho más del asunto y ha dejado a la imaginación la posibilidad de que los fallecidos no hubieran podido ser retirados por el colapso en los servicios que ha provocado el coronavirus o que los encargados de ciertas residencias sean de una calaña inenarrable.