Pedro Sánchez y los pronósticos
El único político español capaz de pasar en poco más de año y medio de la defenestración a la Presidencia del Gobierno sin necesitar ni siquiera una convocatoria electoral, ya está instalado en la Moncloa. Pedro Sánchez lanzó la moción de censura antes de consultar a su propio partido y con todos los cálculos en contra. Los vaticinios de que no sobreviviría al ostracismo de abandonar el escaño, de que sería incapaz de vencer a una candidata respaldada por la mayor parte de los líderes [Leer más]
Ahorrarnos desgracias
Alejandro Lerroux abandonó la jefatura del Gobierno de España a empellones en 1935 por culpa de la ruleta ‘Straperlo’. Cada vez que giraba la maquinita que él había autorizado, el 25% de los beneficios acababan en los bolsillos del presidente del Partido Radical, un político conocido también por haber aprobado la carrera de Derecho en un solo día con varias matrículas de honor. En materia de corrupción hay mucho inventado.
Iglesias y Montero, lo dicho y los hechos
El chalé de 600.000 euros de Pablo Iglesias e Irene Montero ha desplazado en las tertulias y en los debates parlamentarios al arrebato cleptómano que puso la puntilla a la carrera política de Cristina Cifuentes cuando aún pugnaba por sobrevivir al máster aprobado en ausencia. La casa de 260 metros cuadrados que el líder de izquierdas se ha comprado para criar a sus hijos le ha salido más cara de lo que nunca imaginó.
La paradoja asturiana
Asturias solo ha recuperado uno de cada cuatro empleos perdidos desde que comenzó la crisis. En los últimos diez años, el número de afiliados a la Seguridad Social ha bajado en 44.840 personas. Mientras el Principado se engancha al ralentí a la anhelada recuperación económica, la patronal sostiene que en poco tiempo uno de los principales problemas de las empresas asturianas será la falta de personal cualificado. Esta paradoja asturiana se reviste de tintes dramáticos cuando se proyecta hacia el [Leer más]
La sonrisa de Cambo
La sonrisa de Arnaldo Otegi en el palacete de Cambo-les-Bains, el rictus chulesco que durante años le ha servido lo mismo para justificar la violencia terrorista que para pedir perdón a las víctimas por el sufrimiento causado, aclaró mucho más que la fría declaración leída por un grupo de verificadores internacionales incapaces de ver más allá del teatrillo montado por ETA
La respuesta ante ‘La Manada’
La sentencia contra la autodenominada ‘Manada’ considera probado que cinco incalificables condujeron a una joven de 18 años en estado de embriaguez a una encerrona, crearon un escenario opresivo, aprovecharon su número y corpulencia para llevarla a una situación de bloqueo emocional e hicieron con ella lo que les dio la gana. Por ello han sido condenados a nueve años de cárcel. Más allá de lo que pueda pensar cada cual de la duración de la pena, ha sido la calificación del delito como abuso lo [Leer más]
Memoria frente a ETA
Con un comunicado inspirado en el IRA, la banda terrorista ETA ha regresado a la actualidad para lo único que sabe hacer: causar dolor. Los terroristas solo han pedido perdón a una parte de sus víctimas, «los ciudadanos que no tenían responsabilidad». Una disculpa tan inmoral que se la podrían haber ahorrado quienes durante cinco décadas de tiros en la nuca y coches bomba asesinaron a 853 personas.
Respuestas a los violentos
Los llamados grupos radicales, que a estas alturas de la evolución deberían estar en vías de extinción, han sobrevivido a la ley contra toda lógica. Renovándose con jóvenes de toda condición. Muchos de ellos con poco más en común que su tendencia natural a resolver cualquier asunto a guantazos. Sin más ideología que una supuesta formación intelectual aprendida a costa de repetir consignas cuyo alcance, siendo generosos, cabe pensar que no entienden. Unidos por el fútbol o cualquier otra excusa [Leer más]
Relevo en la Fundación Princesa de Asturias
El relevo en la presidencia de la Fundación Princesa abre una nueva etapa en la institución asturiana de mayor proyección internacional. El oftalmólogo Luis Fernández-Vega asume la responsabilidad que durante diez años desempeñó Matías Rodríguez Inciarte. No esperen revoluciones porque no van con el carácter de la Fundación ni con el de su nuevo presidente, pero sí cambios